Saturday, 04 de May de 2024

Cajón del desastre

Lunes, 11 Marzo 2013 19:59

¿Y ahora…?

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Era el miércoles 27 de febrero, las horas de vuelo hasta Madrid evitaron que pudiera continuar durmiendo, el famoso jet lag había provocado sus estragos en mi reloj natural, por lo tanto decidí levantar mi existencia de la cama y salir a caminar por la famosa Gran Vía, obviamente a esas horas de la madrugada ningún café había echado a andar las máquinas, por lo que sólo la compañía del cigarro me permitió la solidaridad para ver disminuido el frío que azotaba la ciudad a esas horas, las pequeñas plumas de nieve comenzaron a descender, para uno que no tiene por costumbre ese tipo de paisajes, la revelación del ver nevar es una experiencia enloquecedora.

Apagué el cigarro y subí al cuarto para despabilar a mi hermano y que fuera testigo como yo de lo que estaba sucediendo en Madrid, deseaba sorprenderle, pero como siempre, cuando uno cree traer encima la manifestación que nadie más conoce… ¡MADRES! Resulta que no, que él contaba con una noticia mejor: “¿Cómo ves el encarcelamiento de Elba Esther?” La pregunta así, tirada al suelo tan de repente, como si yo hubiera sabido de antemano algo al respecto, rompió por completo la emoción de la nieve sobre la capital española… “¿Qué dices” apenas y atiné a contestar, me observó hasta descubrir que evidentemente no sabía nada, que teníamos unas horas de haber aterrizado, que no ando con el internet colgado a mi celular, que para esa hora no existía la posibilidad de que yo hubiera entrado en contacto por teléfono con nadie de México, en fin, obvio que estaba en la más absoluta de las ignorancias sobre el tema que me colocaba en jaque.

“Peña metió al bote a la Gordillo”, la evidente escena de 1989 nos vino a la mente ¿Cómo evitar reconocer la repetición instantánea de los acontecimientos históricos? Lo curioso aquí es que en ese mismo año la famosa Elba asciendió al poder de la mano de Carlos Salinas, y ahora es el hijo putativo de éste, el que utilizando la estrategia del Quinazo le devuelve un poco de aquella medicina llamada realidad.

Obvio, mi hermano me había chingado con aquella aportación, la nieve había pasado a segundo término, la información por internet aún no corría por las redacciones de los periódicos mexicanos, salvo el escueto comunicado de su aprehensión, hasta el día siguiente (jueves 7 de marzo) la prensa española destacó con lujo de detalles lo sucedido en su antigua colonia.

A partir de entonces comenzaron a rondarme un millar de especulaciones ¿Qué estaría soñando en ese instante Elba? ¿Qué se sentiría ser la diosa de la cumbia para terminar en la celadora del reggaetón? ¿Qué habría provocado el divorcio que le hiciera a Peña llevarle tras las rejas? ¿Dónde guardaría todas las viejas batallas ganadas aquella guerrera? Y obviamente mi imaginación aterrizó hasta Puebla ¿Qué estaría sucediendo en el estado? ¿Cómo habría tomado aquella noticia el hombre que en su Segundo Informe tuvo el arrojo de reconocer a su invitada de honor en los momentos en los que ya se fraguaba su caída? ¿Cómo quedarían de huérfanos sus ahijados? ¿Qué pasaría con su partido patito, que se había disfrazado de ganso? ¿Habría madrazos para defender a la antigua lideresa? ¿Se echarían para atrás los antiguos aliados?

Sin duda alguna Elba tuvo sus sueños, y los fue construyendo a partir de traiciones, golpes bajos, alianzas sin honor, y curiosamente fue durante los gobiernos panistas donde alcanzó su máximo esplendor, con ellos tuvo derecho de picaporte en Los Pinos, coloco en el abismo a más de un Secretario o Secretaria de Educación, exigió puestos para sus íntimos, llevo a las gubernaturas a más de uno, se ufano de haber decidido la elección presidencial de 2006, en fin, que sus sueños llegaron a convertirse en la peor de sus embriagadas.

Evidentemente de tal magnitud fueron estos, que del mismo tamaño se estarán construyendo sus pesadillas, y era lógico, tanto lujo, tanta prepotencia, tanta impunidad, tanto ir por la vida como si se tratara de la mismísima hija del todopoderoso, ahora sí que mientras más altos volamos, nos duele más la caída, y el madrazo de Elba es de una gran magnitud, claro está, tampoco nos hagamos las ilusiones, se trata de un pleito de mafia “A”, contra mafia “B” y eso lo deberíamos saber todos los mexicanos, ingenuo aquel que desee imaginar que es el inicio del alto a la impunidad, este será en dado caso el fin del principio de un largo sexenio de nuevas impunidades.

Obvio que doña Elba se ha de estar sobando el chingadazo, pero no me la imagino sobarse el agravio de todos aquellos que ahora se hacen a un lado, de los que ayudo y hoy declaran no haberla conocido, de los antiguos aliados hoy convertidos en detractores, de los que juraron amor eterno y hoy simplemente no voltean a verla, de quienes la engrandecieron y ahora de pinche vieja no la bajan, pero bueno, para su desgracia evidentemente ahora sí que “y ahora… no existe quien la pueda salvar…”